CICLO DE VIOLENCIA
En aquellas ocasiones en las que hay violencia familiar, los trastornos de ansiedad siempre están presentes: con miedo, desconfianza, desorientación, confusión…, que pueden ser vividos con cambios en el estado de ánimo, con aislamiento prolongado con dificultades relacionales, dificultades en la conciliación del sueño, trastornos alimentarios…, con síntomas fisiológicos, mareos, crisis de angustia…, que invaden con fuerza la estabilidad emocional y en muchas ocasiones la invalidan.
Ante violencia de género es muy importante comunicarse con personas de confianza o familiares, e insistir en ello si éstos no se hacen presentes. Es recomendable exponer abiertamente la situación de violencia y dificultades vividas y pensar entre todos las mejores opciones de intervención: cualquier situación que evite el aislamiento de la víctima es indispensable.
Y lo resalto, porque en muchas ocasiones, éste es un aspecto que “por evitar conflictos” con el cuñado o familiar vinculado o maltratadores, los familiares tienden a no comprometerse evitando la relación, lejos de ofrecer su apoyo, comprensión y reflexión a la víctima.