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BIPOLARIDAD EN ADULTOS

 

A diferencia de la depresión mayor, este cuadro presenta episodios de manía o hipomanía.

Manía: estado de ánimo persistentemente elevado (eufórico, excesivamente alegre), expansivo o irritable: cuando se niegan los deseos de la persona o existe consumo de sustancias), que aparece junto con:

Aumento atípico de la energía o del nivel de actividad. Se puede dar con agitación psicomotriz o elevada inquietud.

Entusiasmo ilimitado y caótico en las relaciones interpersonales (más llamadas a los amigos, esfuerzos por recuperar viejas amistades), sexuales u ocupacionales, involucrándose en muchos proyectos de manera solapada, aunque no tenga conocimientos para llevarlos adelante. Así como conductas imprudentes (gastos excesivos, regalo de posesiones, conducción temeraria…).

Menor necesidad de sueño.

Lenguaje rápido, urgente, con tono elevado, que se hace difícil o imposible interrumpir. Discurso sin filtros y con poca preocupación por las consecuencias que pueda comportar. Si el ánimo es irritado habrá más quejas, comentarios hostiles o ataques de ira.

Los pensamientos suelen ir más rápido de lo que es posible expresar verbalmente, por ello realizan cambios de tema repentinos o se observan discursos desorganizados e incoherentes. Incluso, pueden aparecer ideas delirantes.

Hipomanía: a diferencia de lo que ocurre con los síntomas maníacos, se suelen alternar con rasgos de depresión.

Los síntomas de hipomanía no suelen generar disfunciones. La vida parece ser más funcional de lo habitual por el nivel de energía elevado que tiene. Sin embargo, el entorno es capaz de apreciar comportamiento errático y fluctuaciones constantes en el estado de ánimo. Hay que estar especialmente atentos a:

  • Impulsividad que puede contribuir a intentos autolesivos y de suicidio, así como al consumo de sustancias.
  • Mayor nivel de creatividad.