PREVENCIÓN DE LA CONDUCTA SUICIDA
El suicidio se puede prevenir en un alto porcentaje. ¿Qué les está pasando para que puedan confundirse de semejante manera?
El suicida es víctima de su propia mente. Porque la persona, lo que quiere y busca es acabar con su sufrimiento. Objetivo radicalmente distinto, al suicidio y ellos, tras un intento fallido, explican. “No haber sabido a quién recurrir”
La palabra suicidio define el acto de provocarse a sí mismo la muerte de forma intencional.
Según ConSalud.es, el suicidio es la primera causa de muerte no natural en España. En España existen millones de personas que sufren, hasta 11 personas se quitan la vida en nuestro país al día. Al año, se producen un total de 4.000 fallecimientos por este motivo.
Se hace muy difícil utilizar la palabra suicidio, quizá por incomprensión, por miedos y dudas hacia lo que pueda generar en la persona que lo escuche. Resulta complicado afrontarlo abiertamente.
Y aquí tenemos el primer ERROR conceptual:
Porque la persona, lo que quiere y busca es acabar con su sufrimiento. Objetivo radicalmente distinto, y ellos, tras un intento fallido, explican. “No haber sabido a quién recurrir”
El suicidio se puede prevenir en un alto porcentaje.
¿Qué les está pasando para que puedan confundirse de semejante manera?
El suicida es víctima de su propia mente.
Y se produce en un momento de crisis existencial y embotamiento emocional, en el que ha perdido las referencias y la capacidad de pensar, analizar y observar lo que le está ocurriendo.
Nunca hay una sola causa, sino la conjunción de varias de ellas, unidas a diferentes detonantes o desencadenantes.
Se empieza a concebir como constelaciones dinámicas de estados mentales.
El segundo ERROR conceptual lo tenemos nosotros, al confundirnos ante una serie de mitos o creencias infundadas que existen relacionados con el suicidio:
Es erróneo el hecho de que preguntar a una persona “riesgo” si está pensando en suicidarse, puede incitarle a hacerlo. Las investigaciones muestran que preguntar y escuchar a la persona en riesgo sobre sus pensamientos y emociones relacionadas con la conducta suicida, aliviará su tensión, siempre y cuando nuestra escucha sea respetuosa y auténtica.
Nuestro tercer ERROR conceptual es hablar sobre el suicidio en los medios, redes o en series de tv.: puede tener efectos devastadores. Tratar el suicidio de forma inadecuada, puede provocar un efecto contagio en personas vulnerables.
Nuestro cuarto ERROR conceptual es pensar que es falso el hecho de que solo se suiciden las personas con problemas graves. En la conducta suicida intervienen factores personales, relacionales, afectivos…, es multicausal y está relacionada con la acumulación de efectos estresantes. Muchos problemas pequeños pueden llevar a un problema grave. Los trastornos mentales pueden influir, pero no es un indicativo de una relación directa.
Nuestro quinto ERROR conceptual: Es falso que la persona quiera morir. Ella quiere dejar de sufrir y se plantea la muerte como la única forma de superar el sufrimiento. La ambivalencia por la que pasa le bloquea:
Desea morir si su vida continúa de la misma manera, y desearía vivir si se produjeran pequeños cambios. Pero lo más trágico es que ella no puede percibir la posibilidad de ningún cambio. Lo ve todo negro. Por eso necesita ayuda para observar que su visión de ese momento no es la única posible y que existen alternativas que no contempla.
Escuchar, proporcionar un apoyo emocional y fomentar la reflexión sobre sus pensamientos en el momento adecuado, puede PREVENIR EL SUICIDIO.
Por lo tanto, debemos discriminar entre:
– Factores de riesgo: se asocian a concepciones negativas y son características que aumentan la probabilidad de aparición de pensamientos y/o intentos. Son factores psicológicos: desesperanza, depresión, sobrecarga emocional, déficits de habilidades sociales, auto atribución de fracaso interno de forma global, alteración de pensamientos cognitivos, perfeccionistas, pensamientos automáticos no reflexivos, muy sensibles a las críticas, experiencias de traumas anteriores. Impulsividad.
Pero estos pueden ser compensados por los
– Factores de protección resiliente: Capacidad de resistir y tolerar situaciones adversas. Recursos en su regulación emocional. Habilidades sociales, relaciones personales cercanas y satisfactorias. Actitudes y valores positivos hacia la vida. Creencias religiosas, Buen nivel educativo.
Sin embargo, puede haber:
– Factores precipitantes o desencadenantes: Mayor vulnerabilidad emocional, acoso escolar o bullying, pérdida laboral, dificultades en relaciones familiares, con amigos o en relaciones amorosas. Problemas de salud o ambientales…
Y debemos estar atentos a las
– Señales de alerta: Comentarios negativos sobre sí mismo, sobre su vida, su futuro o relacionados con la muerte. Preocupación o síntomas de ansiedad inusuales, cambios desorganizados en los hábitos de sueño y de alimentación, cambios de humor, uso de drogas y/o de alcohol.
Por lo tanto, podemos apelar a sus recursos personales:
1.- Ayudándole a identificar los factores de riesgo y también las principales dificultades actuales con las que se encuentra, para así separar ambas cosas y dar espacio a los factores protectores o fortalezas que puedan permitir detectar los aspectos que le puedan aportar bienestar.
2.- Observar su manejo de estrés en crisis: identificando los acontecimientos que le desbordan, reflexionando formas que permitan resolverlos.
3.- Necesidad de hallar persona/s de confianza o profesionales en los que pueda confiar para explicar lo que le está ocurriendo.
4.- Tras una comunicación sincera y profunda, la persona suicida se puede sentir diferente.
Existen aproximaciones teóricas: Los síntomas, los signos y los rasgos de carácter están interrelacionados con las causas, así por ejemplo la relación de diferentes indicadores de distintos estados mentales como bullying, impulsividad, perfeccionismo… en los que cada persona tiende su propia red.
El Pleno del Congreso de los Diputados ha aprobad la Proposición No de Ley (PNL) que insta al Gobierno a crear permisos laborales de hasta dos semanas a los acompañantes de personas en riesgo de quitarse la vida. porque «es clave» el acompañamiento de las personas con problemas mentales «estar solo multiplica la depresión o la ideación suicida«.